Barbara Amono

Encontramos un buen jardín de infancia. No era uno para necesidades educativas especiales, pero cuidaron a Hendrix y hicieron un buen trabajo asegurándose de que supiera que estaba protegido y que tenía todo el apoyo que necesitaba.

Eran muy comunicativos con nosotros, por esa parte no estuvo tan mal. Solo cuando se hizo un poco mayor, tuvimos que buscar una escuela adecuada para él, y eso fue un poco diferente porque, entonces, ya teníamos el diagnóstico de autismo. Realmente tuvimos que encontrar algo que le brindara el apoyo, y era difícil saber qué información era útil y cómo saber qué apoyo sería deseable para él. Entonces, realmente tuvimos que hacer nuestra investigación.

Luego nos encontramos con Colegio Monarch Guatemala, y no sé si esta será una pregunta posterior, pero la conversación inmediata con Monarch nos hizo sentir muy seguros de que Hendrix contará con el apoyo. Recuerdo salir de la reunión con Colegio Monarch Guatemala diciendo que esta escuela “realmente nos entiende como familia”.

No tuvimos que explicar nada, no tuvimos que hacerlo. No tuvimos que explicar ninguna de las necesidades de Hendrix. Sabemos que estos son nuestros desafíos, pero la escuela realmente nos atrajo y nos fuimos pensando que realmente nos entienden, no solo a Hendrix, sino también a nosotros como familia.