Alessandra Zamora

“Son mis héroes, mis marcadores de que todo se puede lograr”.

Quién soy hoy es gracias a ellos, los tres. Tengo que retroceder hasta cuando mi hijo mayor tenía tres años, hablamos de 1995, una época en la que no había información, no sabíamos qué buscar en los preescolares, y había muy poca comunicación entre el sistema educativo y los profesionales. Llegamos hasta los 9 años sin saber lo que estaba pasando, y durante esos nueve años escuché muchas teorías equivocadas sobre el abandono emocional y la relación con la madre. Eran buenas intenciones pero mala información. Esta experiencia impactó tanto mi vida como la de mi hijo mayor, y me hizo tomar conciencia de que esto no podía seguir así. No podíamos luchar durante tantos años para finalmente entender lo que estaba sucediendo. No podía permitir que otros padres tuvieran que pasar por lo mismo. No podía permitir que la información equivocada siguiera siendo la única disponible. Quiero pavimentar el camino para otros padres de alguna manera pequeña, para que no tengan que pasar por lo mismo que nosotros.

Al creer que ya había resuelto la situación de mi hijo mayor, me encontré con que mi hijo menor también presentaba problemas en su desarrollo. En esta ocasión no había lenguaje, pero ya sabía en lo que me estaba metiendo. No podía hacerme ilusiones de que tocando puertas y pidiendo favores en el colegio iba a resolver el problema, ya que esto no iba a garantizar una educación adecuada y sostenible en el tiempo. Este fue mi momento de despertar, cuando supe que mi hijo menor también iba a tener dificultades en el sistema educativo y que tendríamos que estar parchando las necesidades y juntando profesionales y recursos para lograrlo. Como mamá, me convertí en la gerente general de una empresa educativa terapéutica que te arrastra por todos lados y a tu familia también. Me di cuenta de que necesitaba un cambio en la realidad que no debía ser así. Tenía acceso a profesionales del extranjero y mucho conocimiento sobre la necesidad en el país. Había creado una asociación para traer profesionales de afuera y educar y compartir información. De pronto, las piezas comenzaron a encajar y nació lo que parecía ser un sueño irreal: hace 12 años nació Colegio Monarch Guatemala.

Reproducir vídeo
Reproducir vídeo

Al creer que ya había resuelto la situación de mi hijo mayor, me encontré con que mi hijo menor también presentaba problemas en su desarrollo. En esta ocasión no había lenguaje, pero ya sabía en lo que me estaba metiendo. No podía hacerme ilusiones de que tocando puertas y pidiendo favores en el colegio iba a resolver el problema, ya que esto no iba a garantizar una educación adecuada y sostenible en el tiempo. Este fue mi momento de despertar, cuando supe que mi hijo menor también iba a tener dificultades en el sistema educativo y que tendríamos que estar parchando las necesidades y juntando profesionales y recursos para lograrlo. Como mamá, me convertí en la gerente general de una empresa educativa terapéutica que te arrastra por todos lados y a tu familia también. Me di cuenta de que necesitaba un cambio en la realidad que no debía ser así. Tenía acceso a profesionales del extranjero y mucho conocimiento sobre la necesidad en el país. Había creado una asociación para traer profesionales de afuera y educar y compartir información. De pronto, las piezas comenzaron a encajar y nació lo que parecía ser un sueño irreal: hace 12 años nació Colegio Monarch Guatemala.

Visita Colegio Monarch Guatemala, podemos apoyar en la educación de su hijo/a.

Si cuenta con la evaluación de un profesional visítenos y le ayudaremos a establecer el plan individual para su hijo/a.