El fruto del amor de una madre

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Como padres, estamos convencidos de que tenemos la capacidad de resolver cualquier problema que nuestros hijos enfrentan. Hemos pasado las locuras de la niñez y adolescencia, ya somos adultos y por ello utilizamos nuestra experiencia para orientar a nuestros hijos. Cuando ellos recurren a nuestra ayuda, o vemos que algo no está bien, nos abocamos a nuestro círculo familiar, religioso, de amistad y/o redes sociales. Buscamos soluciones con personas o grupos especializados que se han enfrentado a una experiencia similar. Una vez analizamos las posibles soluciones, tomamos la mejor opción ¡y problema resuelto!

¿Pero qué pasa cuando abordamos un problema que es tabú? ¿Qué pasa si se tocan temas de aquellos de los que mejor no se habla o incomodan demasiado a nuestro círculo de referencia habitual? Esto nos puede dejar sin tener a quién recurrir. ¿O qué pasa si las soluciones tradicionales no dan fruto para los retos que enfrenta algún miembro de nuestra familia?

Alessandra Zamora, fundadora de Colegio Monarch Guatemala, pasó por este reto. A mediados de la década de los 90, luego de recurrir a muchos especialistas, recibe el diagnóstico de neurodivergencia en dos de sus tres hijos. En su testimonio, Alessandra explica las diferentes acciones que tomó con el fin de generar las condiciones apropiadas para el desarrollo educativo de sus hijos en el mundo que les rodeaba.


Intentó integrar a sus hijos a sistemas educativos tradicionales, llevando docentes capacitados que pudieran acompañar a sus hijos a través de la experiencia educativa. Incluso capacitaba a los docentes del colegio a donde asistían en ese momento, pero no obtenía los resultados que esperaba. Los docentes dejaban a sus hijos sin el apoyo que necesitaban en corto tiempo, puesto que, con las capacidades adquiridas y altamente cotizadas, podían encontrar trabajo en otra institución de renombre.

Fue entonces cuando Alessandra dejó por un lado el miedo, el sentimiento de incapacidad y enojo, y se dejó guiar por el amor y la convicción de que tenía que haber una solución ante la necesidad de otro tipo de modelo educativo que diera los frutos que sus hijos necesitaban. Ellos merecían este esfuerzo, y como ella dice: “No puede ser que vengan otros padres atrás, y que tengan que pasar todos esos mismos años de tanta información equivocada y que yo no pueda, de alguna manera pequeñita, pavimentar un poquito el camino.”

Inclusión para personas neurodivergentes

Cuando hablamos sobre inclusión, su principio fundamental es: “Todo ser humano debe ser aceptado sin importar su raza, discapacidad, necesidad médica o de cualquier otra índole. Se trata de otorgar el mismo acceso y las mismas oportunidades a todos, y a su vez remover las barreras de discriminación e intolerancia en todos los aspectos de la vida.” – Inclusion-Therapy-Understanding-Care Los colegios inclusivos en Guatemala mayormente adecuan sus instalaciones para una persona físicamente retada, les enseñan a los niños a respetar y aceptar diferencias físicas o las diferentes formas de expresarse, pero este no es el tipo de inclusión necesaria para niños neurodivergentes.

La inclusión anterior es aprender a aceptar las diferencias físicas, pero con niños neurodivergentes, se trata de una forma completamente diferente de percibir el mundo, ya que su cerebro aprende y procesa la información de manera diferente a la mayoría de las personas. Es por eso que la finalidad de Colegio Monarch es proporcionar ayuda a padres que, como Alessandra, buscan una institución enfocada en un modelo educativo integral no solo adecuado para niños neurodivergentes, sino que también ofrezca un modelo especializado para las necesidades de aprendizaje individual de cada alumno. Colegio Monarch Guatemala ha transformado las vidas de alumnos y sus familias desde hace 15 años.

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